Los usuarios de Megaupload tienen derecho a recuperar sus archivos privados |
Por Neirlay Andrade
Durante 24 horas, el miércoles, más de cien portales de internet protagonizaron un “apagón digital” en contra de uno de los más recientes proyectos de censura y persecución promovidos por el Congreso de Estados Unidos. La frase “imagina un mundo sin conocimiento libre” se multiplicó en la red, entre páginas “a media luz”.
De aprobarse el proyecto de ley Sopa (Stop Online Privacy Act), “el control cibernético y el poder del gobierno norteamericano, a nivel mundial, sería el de un estado policial aterrador en toda la Red”, detalló la pedagoga Thais Marrero en una entrevista ofrecida a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
El documento, presentado el 26 de octubre de 2011 en la Cámara de Representantes, fue engavetado el pasado 14 de enero hasta que no se logre un consenso entre republicanos y demócratas. Su impulsor es el presidente del Comité Judicial de la Cámara, el republicano Lamar Smith.
La asesora del ministerio venezolano de Ciencia y Tecnología calificó como “un mecanismo totalitario de censura” a este instrumento que restringe la libertad de los usuarios para descargar música, películas o textos gratis.
“La ley Sopa es la que ha tenido mayor difusión, pero ella va acompañada por otra, que está pasando por debajo de la mesa, la cual se denomina Ley P.I.P.A., para la Protección de la Propiedad Intelectual”.
Ambos documentos se articulan para “bloquear, censurar, atacar, cerrar portales, sitios web, redes sociales y desconectar buscadores, después de una reclamación por la infracción de los derechos de autor”, agregó la ex decana de Postgrado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodíguez.
“La iniciativa no es sólo de Lamar S. Smith, sino de una cofradía compuesta por unos diecinueve congresistas unidos a una lista de 140 gigantescas y multimillonarias empresas y compañías”.
Algunas de las corporaciones interesadas en la pronta aprobación del texto están desde la American Federation of Musicians (AFM); American Federation of Television and Radio Artists (AFTRA); American Society of Composers, Authors and Publishers (ASCAP) hasta emporios cosméticos como Estée Lauder Companies o L’Oreal; pasando por las reconocida cadena Sony.
Uno de los grandes millonarios que aupan el proyecto de censura es Keith Rupert Murdoch, “magnate del negocio de los medios de comunicación, información y cinematográficos, dueño del emporio News Corporation; poder que controla el 75 % de los contenidos que a nivel planetario circulan a través de sus operadores de cable, satélite y televisión”, destacó Marrero quien se especializa también en andragogía y forma parte de la Comunidad Venezolana de Profesionales de las Relaciones Internacionales y Defensores de la Solidaridad Mundial.
La ley Sopa “pone en jaque a los denominados recursos multimedia y a los recursos educativos abiertos (REA, u OER, por sus siglas en inglés)”.
Su imposición, advierte Marrero, pondría punto y final a una red de investigación global que paulatinamente han construido “estudiantes, profesores e investigadores de todo el mundo, quienes comparten y utilizan gratuitamente materiales digitalizados”.
via Patria Grande
Durante 24 horas, el miércoles, más de cien portales de internet protagonizaron un “apagón digital” en contra de uno de los más recientes proyectos de censura y persecución promovidos por el Congreso de Estados Unidos. La frase “imagina un mundo sin conocimiento libre” se multiplicó en la red, entre páginas “a media luz”.
De aprobarse el proyecto de ley Sopa (Stop Online Privacy Act), “el control cibernético y el poder del gobierno norteamericano, a nivel mundial, sería el de un estado policial aterrador en toda la Red”, detalló la pedagoga Thais Marrero en una entrevista ofrecida a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
El documento, presentado el 26 de octubre de 2011 en la Cámara de Representantes, fue engavetado el pasado 14 de enero hasta que no se logre un consenso entre republicanos y demócratas. Su impulsor es el presidente del Comité Judicial de la Cámara, el republicano Lamar Smith.
La asesora del ministerio venezolano de Ciencia y Tecnología calificó como “un mecanismo totalitario de censura” a este instrumento que restringe la libertad de los usuarios para descargar música, películas o textos gratis.
“La ley Sopa es la que ha tenido mayor difusión, pero ella va acompañada por otra, que está pasando por debajo de la mesa, la cual se denomina Ley P.I.P.A., para la Protección de la Propiedad Intelectual”.
Ambos documentos se articulan para “bloquear, censurar, atacar, cerrar portales, sitios web, redes sociales y desconectar buscadores, después de una reclamación por la infracción de los derechos de autor”, agregó la ex decana de Postgrado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodíguez.
“La iniciativa no es sólo de Lamar S. Smith, sino de una cofradía compuesta por unos diecinueve congresistas unidos a una lista de 140 gigantescas y multimillonarias empresas y compañías”.
Algunas de las corporaciones interesadas en la pronta aprobación del texto están desde la American Federation of Musicians (AFM); American Federation of Television and Radio Artists (AFTRA); American Society of Composers, Authors and Publishers (ASCAP) hasta emporios cosméticos como Estée Lauder Companies o L’Oreal; pasando por las reconocida cadena Sony.
Uno de los grandes millonarios que aupan el proyecto de censura es Keith Rupert Murdoch, “magnate del negocio de los medios de comunicación, información y cinematográficos, dueño del emporio News Corporation; poder que controla el 75 % de los contenidos que a nivel planetario circulan a través de sus operadores de cable, satélite y televisión”, destacó Marrero quien se especializa también en andragogía y forma parte de la Comunidad Venezolana de Profesionales de las Relaciones Internacionales y Defensores de la Solidaridad Mundial.
La ley Sopa “pone en jaque a los denominados recursos multimedia y a los recursos educativos abiertos (REA, u OER, por sus siglas en inglés)”.
Su imposición, advierte Marrero, pondría punto y final a una red de investigación global que paulatinamente han construido “estudiantes, profesores e investigadores de todo el mundo, quienes comparten y utilizan gratuitamente materiales digitalizados”.
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